En pocas palabras, precioso. Este monasterio benedictino lleva cautivando los ojos de todos aquellos viajeros que han pasado por aquí desde hace más de 1000 años. En un lugar privilegiado bajo el rio Tenas, lleno de agua, vida y de formaciones geológicas singulares, se ha convertido en un referente de excursiones para todo el mundo. Con su facilidad de acceso ya sea con coche, autobús, motocicleta o andando, lo sitúan como una de las mejores opciones para aparcar la rutina y disfrutar de un día fantástico en cualquier época del año.
Lo más impresionante de ver en esta ruta es el salto de agua del rio Tenas, pasando justo por encima de una parte del monasterio y que, junto con los otros saltos de agua menores que pasan, deja una estampa mítica, digna del mejor instastory. Pero además, el rio Tenas nos deja unos cuantos regalos, desde la cascada hasta la población de Riells del fai, de dónde empezamos nuestra pequeña aventura.
Dejamos el coche en un parking en Riells del fai, al lado del camino de la pineda. De aquí, vamos pasito a pasito hasta casi la entrada del restaurante “Font de la pineda”, dónde el camino se bifurca y cogemos el de la izquierda. No os preocupéis porque el camino está en todo momento bien indicado.
Casi con el rio de la mano, podemos seguirlo y llegar disfrutando de un tranquilo paseo entre los árboles y el rio, hasta la siguiente bifurcación. En esta, tenemos dos caminos con destinos diferentes, uno hacia el Gorg d’en Jeroni y el otro hacia el monasterio de Sant Miquel del Fai. Nuestra recomendación es ir primero en dirección a Sant Miquel del Fai, y a la vuelta, si nos apetece, tomar el camino hacia el gorg para darnos un chapuzón.
Si tomamos la desviación a la derecha, iremos camino hacia Sant Miquel del Fai, la joya de la corona de esta ruta. Es fácil de seguir por los carteles que nos indican la dirección hacia Sant Miquel del Fai. El camino consiste en una pendiente en la que las vistas de todo el valle nos van acompañando y con la altura, van ganando puntos en cuanto a la espectacularidad.
El monasterio tiene un encanto muy especial, ya des de la entrada ves cómo te metes en la roca, los acabados de la parte interior y el paseo por dentro de la cascada, te dejarán sin aliento. Han hecho del agua su principal protagonista, empezando con pequeños canales que nos llevan hasta la entrada como si de pasamanos o guías se tratasen.
Después de visitarlo, nos hacemos una idea de porque los monjes se quedaron allí.. Muy, muy y requeté-muy recomendable, y si además hemos subido a pie, ¡pues se disfruta más!
Al final del recorrido del monasterio hay unas pequeñas cavernas que aunque uno de nosotros no se atrevió a hacer, al otro le parecieron salidas de una peli de Steven Spielberg (sólo faltaban una bola gigante y un par de Nazis cabreados).
En resumen, ¡repetiremos!
A la vuelta, como hemos comentado anteriormente, podemos ir a ver el Gorg d’en Jeroni. Esta poza es lo suficientemente grande como para darse un buen bañito, tiene su pequeña cascada y, para los más atrevidos, una liana para hacer el Tarzán hasta el agua.
El tiempo de camino no llega a los 20 minutos y no tiene nada de desnivel, ideal para ir con niños pequeños. Como se suele decir, bueno, bonito y barato. Lo mejor de esta ruta es que nos permite acercarnos, cada vez que nos apetezca, las pequeñas pozas o “gorgs”que se forman por el cauce del río. Varias de estas piscinas naturales, en los días de más calorety somos valientes, merecen un chapuzón!
Resúmen
Resúmen
Especificaciones de la ruta
- Existe un tercer camino,que se toma cogiendo la desviación hacia molino de la Madella, lleva casi hasta la base de la cascada grande bajo el monasterio (el último tramo como es un poco difícil, os recomendamos ir al menos hasta el antiguo molino), es casi al 100% plano, ideal para los aventureros más pequeños.
es la ostia