Entre las poblaciones de Begur y Pals encontramos una de las playas nudistas más bonitas de la costa brava. Esta pequeña cala un poco escondida de miradas indiscreta, está gobernada por una inmensa roca de un característico color rojo que le da su nombre. El único modo de poder acceder a este paisaje increíble es a través del camino de ronda que conecta la playa del Racó (una de las pocas playas espaciosas en la zona) y la cala de Sa Riera en Begur. Cuando fuimos pudimos disfrutar de un paisaje increíble con aguas transparentes entre acantilados coloridos y cubiertos de pinos.

Costa Brava Begur

 

Al ser una zona tan aislada, no dispone de los servicios típicos de otros lugares como duchas o aparcamiento de vehículos. El tramo que nos lleva desde Begur, concretamente desde Sa Riera hasta esta cala tiene bastante desnivel (nada que no sea asequible) aunque no es un recorrido extenso y para nada se hace largo. Destacamos las vistas que vamos obteniendo de los acantilados a lo largo del camino, siendo de lo mejorcito que hemos visto por la costa brava catalana, y los colores rojizos que dominan la arena. Si accedemos a la Isla Roja desde de la Playa del Racó no hay casi desnivel, por lo que puede ser más sencillo si vamos con niños pequeños o simplemente, no nos apetece mucho tute (aunque recomendamos hacer el camino entero, vale la pena centímetro a centímetro).

 

Playa Begur Cataluña

Para comer, nos fuimos a Begur. Begur es un pequeño pueblo que florece principalmente en verano. Se encuentra situado en la costa brava, entre l’Estartit y Palamós. Es de esos rincones del mundo dónde se tienen que descubrir paso a paso, disfrutando de cada uno de los rincones con sus vistas, olores y sabores. No nos referimos únicamente a sus calas más famosas como Sa Tuna o Aiguablava, sino a todo el abanico de posibilidades que nos ofrece, empezando por el camino de ronda y acabando por su arquitectura colonial. El punto más conocido del pueblo de Begur es el castillo que corona la colina sobre la que se construyó, un castillo con vistas que van des de los pirineos y abarcan todo el Empordà. En sus faldas, nos hemos visto paseando por el casco antiguo y sorprendiéndonos con los diferentes estilos que armonizan: casitas de pescadores, casas medievales y casas de estilo Indiano.

 

No solo contento con ser impresionante a la vista, tiene una cultura gastronómica que nos hace salivar solo con pensar en ella. Por la estructura abrupta de su costa, el pescado de roca es uno de los manjares más típicos de Begur. Nuestra recomendación para los pescados es sin dudarlo el restaurante de Casa Jaunita en el mismo pueblo de Begur. Por otro lado, probamos un arroz fantástico en el Restaurante Hostal Sa Rascassa en la cala d’Aiguafreda. En los dos casos, llamad para reservar antes de ir!
Un poco más apartado del núcleo urbano, hacia el sur, encontramos Fornells, enclavada entre pinos y acantilados tiene unos rincones increíbles entre los que destacamos la piscina de agua salada Es Cau. Perfectamente adaptada al entorno, tiene unas vistas de ensueño.

 

Para aprovechar bien el tiempo y poder disfrutar de todos los rincones que nos ofrece Begur, recomendamos pasar un par de días disfrutando de la experiencia sin prisas. En nuestro caso, nos alojamos en Hotel Hanoi, situado en el centro de Begur.

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Especificaciones de la ruta

  • Aparcamiento:

Nosotros aparcamos en el mismo Begur, aunque no hay mucho sitio para aparcar, si te levantas un poco temprano, suele haber sitio. La otra opción es aparcar cerca de la Playa del Racó.

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