Es imposible no recordar Formentera y que una pequeña sonrisa nos aparezca por la cara. Esta isla de pequeños tamaño tiene tantos lugares de anuncio que ni construida a propósito sería tan especial. Olvidaos del Caribe, de las Maldivas o de otras playas paradisiacas en la otra punta del mundo, tenemos un paraíso muy muy cerca y os vamos a explicar un poco como disfrutarlo. Bienvenidos a Formentera.

Antes de empezar con las indicaciones, recomendaciones y lugares imprescindibles de la isla, os pondremos en situación. Nosotros hemos estado en Formentera en un par de ocasiones y en cada una de ellas, nos hemos enamorado de sus aguas azules y absolutamente transparentes, de su arena blanca infinita y de cada una de las calitas que esconde.

La primera vez que fuimos estuvimos alojados en Es Pujols, el pueblo con más vida (y también con más turistas). La segunda, en la Sabina, cerquita del puerto. Ambas veces, alquilamos las motos al llegar al puerto de Formentera, dónde vimos que los precios eran más asequibles. Hemos probado una 125cc y una 49cc (con el carnet B1 de coche, se puede llevar una 125 a partir de los 2 años), y aunque las dos motos para la isla van sobradas, fuimos un poco más cómodos con la 125 para ir los dos en ella.

 

¿Qué cómo llevamos el equipaje hasta el hotel? ¡Buena pregunta!
Cuando nos alojamos en la Sabina, al lado del puerto fuimos tranquilamente paseando con nuestras mochilas de veranito. Si os alojáis más lejos (como nosotros con es Pujols), uno de vosotros puede coger la moto mientras el otro coge un taxi con el equipaje, no suele ser muy caro (aunque contad que estamos en una isla). Dicho esto, empezamos con lo que puede ser la mejor escapada que hayamos hecho.

Playa Es Puyols Barcas

Día 1. Llegada a Formentera en ferry y a las primeras playas en el paraíso

Formentera, al no tener aeropuerto, solo es accesible a través de los ferrys que salen desde Ibiza. El precio del ferry es de unos 25€/persona con un trayecto de media hora. Para llegar hasta Ibiza bien podemos tomar un avión o un barco, dependiendo del presupuesto y de si queremos llevar nuestro propio vehículo o preferimos alquilar en cualquiera de las islas.

El ferry nos dejó en el Puerto de la Sabina y desde allí empezamos la aventura. Nuestro primer destino fue la Playa de Mitjorn. Es de las pocas playas “largas” que se pueden disfrutar en Formentera. Allí pasamos la mañana, tostándonos y bañándonos en un agua azul-transparente difícil de explicar. Realmente, si le pusiéramos 4 cocoteros podría colar por cualquier playa caribeña del mundo.

Con toda la parsimonia que ofrece el ritmo isleño, nos fuimos a comer al lado de la playa, a un restaurante llamado Escupinà. No es un lugar barato, pero aparte de su buena calidad, tiene unas vistas espectaculares. Comer con la brisa marina en la cara a 20 metros del agua… no tiene precio!!

Formentera, Calo des Morts 2

Una vez comidos, fuimos a uno de los rincones más conocidos y famosos de Formentera, Es caló des Mort. Una pequeña cala que destaca por su color tostado y las formas particulares que forman sus rocas. Aún y su pequeño tamaño, encontramos un mirador, un embarcadero y las mejores puestas de sol. Si queréis hacer fotos de esas que dan envidia y que quedan genial en vuestras stories y perfiles, este es vuestro lugar ideal! El acceso a esta cala no es fácil de encontrar, recomendamos informarse bien antes de ponerse en camino (en especificaciones encontraréis las indicaciones para llegar).

Nos quedamos allí hasta el atardecer, con los pies en el agua, disfrutando de la vida y del momento. Es imposible no suspirar al acordarnos de este lugar tan especial.

Formentera

Día 2. La mejor playa de Europa

En nuestro segundo día, empezamos por un lugar que nos sorprendió gratamente. Como veníamos de una zona casi plana, no nos esperábamos encontrarnos con unos acantilados tan inmensos como los que hay en el Cabo de Barbaria. Imaginaros, conforme nos acercábamos, poco a poco iba apareciendo el icónico faro delante nuestro con el caminito para llegar delante y un fondo azul oceánico. Para llegar a apreciar bien el cabo, vale la pena entrar en la Cova Foradada o Cueva Agujereada y acceder a su mirador. La entrada se realiza a través de una pequeña escalera de madera entre cuerdas justo al lado del faro. Las vistas que se tienen desde la cueva no tienen desperdicio y a parte de la escalera para entrar, no tienen dificultad, simplemente se tiene que vigilar que el suele es irregular. Si además vais temprano, estaréis solos y podréis sentaros tranquilamente a disfrutar de las vistas (como en el anuncia de Estrella Damm), bruta!

Extasiados, decidimos poner rumbo hasta una de las calas más bonitas de la costa oeste de Formentera, Cala Saona. Esta cala requiere adentrarte bastante en el mar para que te cubra, ya que no tiene profundidad. Aunque, rodeados de un agua azul turquesa absolutamente cristalina, no nos quejaremos, no? Los laterales de esta cala, están llenos de preciosos embarcaderos y paredes del rojo arcilloso característico de la zona. La imagen del contraste entre el azul del mar y el rojo de la roca, valieron de lejos el caminito que nos hicimos por los alrededores de esta cala para contemplar sus detalles. Cala Saona es de las pocas calas que está cerca de un hotel, por lo que se puede llenar bastante durante los meses de verano.

Formentera, Racó d'en Fornet

Cuando nos cansamos de sol, de una playa idílica y un mar como una balsa de aceite, nos dirigimos a comer a la capital de Formentera, San Francisco Javier. El casco antiguo del pueblo tiene todas las construcciones de casitas blancas bajas, llenas de tiendecitas de ropa y accesorios con estilo propio. Sinceramente tiene mucho encanto. Comimos en un restaurante que nos habían recomendado, S’Abeurada de Can Simonet. Sin tener las vistas que disfrutamos el día anterior, comimos de lujo.

En Formentera está la playa considerada como la mejor de España y que ha sido premiada varias veces con el título de “la mejor playa de Europa”. Hablamos por supuesto de Ses Illetes.
Es de las pocas playas (sinó la única) en la que hay que pagar entrada para acceder. Recordad que estáis visitando un parque natural y que el dinero se invierte en la conservación, así pica menos (cuesta unos 4€ por moto). El problema que aparece en ses Illetes es que tal como entras empiezas a ver aparcamientos y sus distintos tramos de playa detrás, que no sabes si parar ya o seguir hacia delante porque todo te parece demasiado bonito. El parque natural de ses Illetes, acaba con una punta de tierra estrecha que se adentra en el agua dirección Ibiza, dejando paisajes infinitos por allá donde se mire. Nosotros paseamos desde el último aparcamiento de moto hasta la isla de s’Espalmador. El recorrido da para mucho: tótems, playa a ambos lados del camino, caminos de madera, barcos, superyates de lujo, pequeños embarcaderos, caminos sobre las dunas. Podríamos hacer un blog entero sobre Ses Illetes y aún nos faltaría. Y allí decidimos pasar la tarde, hasta el atardecer. La entrada a este parque es gratuita a partir de las 19.00, si no lo han cambiado, es una buena opción para evitar pagar ir para acabar de pasar el día.

Durante la comida vimos que había un festival de Jazz nocturno en San Francisco Javier, y decidimos volver por allí. Esta vez tomamos unas copas en la Fonda Platé. El pueblo tiene otro encanto por la noche, más fresquito y mucho más fácil de disfrutar que bajo el sol del mediodía.
Después del concierto, nos fuimos para el hotel, disfrutando de la brisa nocturna con la moto rodeando las salinas. No nos pillaba ni mucho menos de camino, pero ver los reflejos de la isla y las estrellas en este mar interior fue una de las mejores experiencias.

Playa Es Pujols

Día 3. La isla de punta a punta

A estas alturas del viaje, ya estábamos completamente enamorados. Pero aún nos quedaba mucho por descubrir.
Tempranito (como siempre) fuimos hasta la playa de Es Pujols. Aunque el pueblo no es nada del otro mundo, la playa es absolutamente preciosa. La playa está dividida entre varias calas conectadas por un paseo. Tiene también diversos embarcaderos y unos pequeños islotes a unos 50 metros de la orilla que le otorgan una calma casi constante al agua. Des de la playa se puede observar una isla a la que podemos acceder nadando y disfrutarla casi para nosotros solos. Es Pujols es una buena opción para comer por el gran número de restaurantes que encontramos o para tomar algo, ya que tiene la parte más fiestera de la isla.

Desde Es Pujols, nos cruzamos media Isla hasta Es caló de Sant Agustí, situado en la costa opuesta de la Platja de Migjorn. La cala es un rinconcito casi sin arena al lado de un embarcadero. El sitio es un paraíso para aquellos que les gusta hacer snorkel. Está lleno de vida marina por todas partes, dicen que no es algo muy inusual llegar a toparse con tortugas marinas (en nuestro caso no tuvimos tanta suerte…). Cerca del Caló hay varias calitas más a las que se puede llegar andando así que seguro que no os aburriréis.

Formentera, Caló de Sant Agustí

Comimos en un restaurante justo encima de la cala, de hecho, se llama Es caló. Si el primer día habíamos comido a 20 metros del agua, esta vez casi podíamos notar las gotitas de las olas salpicándonos en la cara. Ya por la tarde, nos fuimos hasta el punto más alto de la isla, la Mola. Fuimos hasta su faro, llegando a otro de los extremos de la isla. Como el faro de Barbaria, este se encuentra en lo alto de unos acantilados muy impresionantes. Aunque nos gustó más el primer faro, sigue siendo un punto imprescindible en vuestra visita. De vuelta, nos tuvimos que parar para apreciar las increíbles vistas de la isla desde lo alto de la montaña. Desde allí, se puede ver toda la isla, apreciamos su parte más estrecha entre Migjorn y San Agustí hasta las salinas. Nos dejó sin aliento.
Como no podía ser de otro modo, fuimos a ver el atardecer a Es caló des Mort, simplemente le cogimos un cariño especial a ese lugar. Y allí, con toda la tristeza del mundo nos despedimos ya de las playas de Formentera.

Al día siguiente, tomamos ya el camino de regreso a casa, sabiendo que no iba a ser la última vez que visitaríamos esta increíble isla.

Especificaciones de la ruta

  • Transporte: Para nosotros la mejor manera de movernos por la isla de Formentera es con la moto, con una moto es fácil recorrer las distancias entre playas y calas de la isla, ya que prácticamente en 10-15 minutos puedes estar dónde quieras. La facilidad con la moto también se ve reflejada a la hora de aparcar. Se pueden alquilar las motos en el puerto de Formentera al llegar o en los pueblos principales (así podréis llevar las maletas hasta el alojamiento y a continuación coger la moto). Otra opción es la bicicleta, ya que al ser una isla bastante llana y con distancias cortas no es mala opción. Aún así, puede ser menos práctico.
  • Indicaciones Indicaciones Caló des Morts: Dirigeté a la playa de Es Arenals, y bajad por la calle Maryland, y la primera que podáis a la izquierda, pasando por el aparcamiento del hotel Riu la Mola. Al pasar el aparcamiento llegáis a un restaurante, Restaurante Casablanca, del que sale una calle asfaltada que se mete entre la vegetación. Tendréis que seguir esta calle, que dejará de estar asfaltada hasta el final, dónde encontrareis que da la vuelta para volver a la urbanización. Se puede aparcar la moto en el mismo giro y ya solo os quedará andar unos 2 minutos hacia el mar para encontrarla. Para ubicación exacta, ir al Mapa.

Resúmen

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