Este pequeño país de los Pirineos es muy conocido por ser un paraíso para los amantes de los deportes de nieve pero, si a este paraíso le quitamos la nieve, ¿Qué nos queda? Pues simplemente, un paraíso.

Andorra rio

Día 1. Valle de Incles y Lagos de Juclar

Andorra, hacia finales de la primavera, cuando ya se ha ido fundiendo gran parte de la nieve acumulada, deja paso a un sistema increíble de lagos alpinos para los que la definición de bonitos, se queda corto. Posee también unas extensiones de campo verde como pocos sitios (quizás hobbiton) y además, está muy habilitado para hacer diferentes rutas de senderismo.

 

La primera vez que hicimos la ruta para llegar al primero de los lagos de Juclar, recuerdo pensar en que pocos lugares había tenido tanta tentación de tirarme al césped como caminando por los picos de la Vall d’Incles. También recuerdo lo que nos quemamos por quedarnos dormidos en susodicho césped…

 

Andorra es fantástica, con infinitas posibilidades pero antes de coger el coche corriendo, dejadnos que os contemos un poco lo que hicimos a ver si os damos alguna idea. En Andorra, pasamos un fin de semana perfecto, aparcando la rutina.

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El primer día realizamos la ruta por la Vall d’Incles y la visita a los Estanys de Juclar. De dificultad moderada tirando para alta (hay un desnivel bastante alto, concretamente 623m, aunque parecía bastante más…) y siendo circular, tardamos unas 5-6 horas. Tenemos que tener en cuenta el bocata de tortilla de patatas que nos metimos entre pecho y espalda, las fotos y las pausas para apreciar bien el paisaje.

Para empezar la ruta, hay que dejar el coche al lado de la urbanización Deu Sol (carretera de la Vall d’Incles). Allí tomaremos un autobús eléctrico que nos subirá unos 10 minutos por la carretera de la vall d’Incles hasta el inicio de una pista de tierra, nuestro inicio a pie. Des de allí, ya veremos los carteles que nos van indicando la ruta hacia los Estanques de Juclar. o tiene pérdida.

Estany de Juclar, inici ruta

Una de las peculiaridades de este valle, como pasa en bastantes lugares a gran altitud, es que se originó principalmente por erosión de los glaciares, proporcionando la característica forma de U y haciendo que el río de Incles que lo atraviesa pueda serpentear más que en otros valles, precioso. La vegetación que nos acompaña está compuesta principalmente por pino negro aunque conforme vamos subiendo, los prados van tomando más i más importancia hasta crear una especie de alfombra verde perfecta.

 

Durante el trayecto, encontramos diversos puntos de especial encanto. En nuestro caso los puentes, ya sean de piedra o de madera siempre nos han parecido que aportan un encanto especial al paisaje. Concretamente, encontramos un primer puente de piedra que cruza el rio de Incles unos 15 minutos después de bajar del autobús y un segundo puente, de madera, justo antes de empezar el tramo de la ruta con más pendiente.

 

Técnicamente, los estanques de Juclar se forman en verano ya que en periodos de más agua solo hay un solo lago. Aun así, no quita que si nos metemos a hacer un chapuzón, se nos refresquen hasta las ideas.

Andorra, Estany de Juclar

Después de la intensa excursión, nos volvemos hasta Encamp, dónde nos alojamos en el Hotel Montecarlo, y descansamos un poco en la habitación (después de ponernos un par de kilos de crema hidratante).

 

Nuestra próxima parada, estando en la capital y tan cansados, no puede ser otra que la mítica Caldea. Sin ser demasiado seguidores de los spa, hay que admitir que las instalaciones son una pasada y que si pasáis por allí, vale la pena pasar la tarde relajándose en sus piscinas de agua caliente al aire libre o sus circuitos. Aunque habíamos pasado calor durante el día, parecíamos iguanas en la sauna…

 

Al salir de Caldea, nos fuimos directos de paseo y cena por la Avendia Meritxell, repleta de tiendas y restaurantes. Dentro de esta ciudad hay mucho más que las tiendas para ver. Al ser verano, agradecimos mucho el fresquito de la noche de los pirineos y más después del día de calor. Durante el trayecto desde Caldea a la avenida, pasamos por una estatua dedicada a Dalí que nos llamó la atención, fue de esos pequeños detalles que no te esperas encontrar y que te sorprenden.

 

Fuimos a cenar al restaurante El Crostó. ¡Bueníssimo! Si vais, reservad con tiempo, el local no es muy grande y se llena rápido. Ya habíamos leído un poco sobre él antes de ir y fue todo un acierto. Cansados, llenos de comida, y muy satisfechos por el día tan completo, nos fuimos de cabeza al hotel a dormir. ¡A recargar pilas!.

Andorra, Lagos de Tristaina

Día 2. Lagos de Tristaina

Nos despertamos el segundo día en Andorra con muchas ganas de nuestra siguiente aventura: los lagos de Tristaina. Como el punto de salida del camino está muy próximo a las pistas de esquí de Ordino-Arcalis es muy fácil de acceder (desde más o menos abril hasta octubre, los otros meses cuando ya hay nieve está más complicado).

Tomamos el camino siguiendo las indicaciones hacia los lagos, todo perfectamente indicado. La ruta es de unos 4,5km, que con el desnivel que presenta (200m), se puede completar en unas 2 horitas y poco haciéndola tranquilamente. ¡Y no es para menos! El lugar es bastante idílico, mayoritariamente prado alpino y mucha agua. Hay 3 lagos que, como sus nombres os podrán orientar van de pequeño a grande, pasando por el mediano: Estany Primer, Estany del Mig, Estany de Més Amunt.

Es una ruta perfecta para hacer con pequeños ya que el lugar es memorable y se hace casi sin esfuerzo. El otro punto positivo es que la ruta está marcada, es “imposible” perderse. Como el paisaje es bastante plano y sin árboles, podemos ver dónde está cada lago y seguir cualquier de los caminos que suben o bajan según nos apetezca, ¡completamente a vuestro aire!

Recomendación: las vistas y fotos que se hacen desde el lago grande (el de arriba del todo) son las mejores pues, dependiendo del lugar, podemos hacer que salga todo el valle y los otros dos lagos (insta-tip).

Andorra, Lacs de tristaina

Dejando atrás ya nuestra segunda excursión montañesa, fuimos un poco de visita rural. Fuimos primero a ver el pueblo de Les Bons. ¿Qué decir del pequeño pueblo de les Bons? Sin hacer justicia, podemos decir que es como realizar una inmersión en una clase de historia. Destaca principalmente la arquitectura general del pueblo, con un estilo muy medieval. Podemos encontrar desde una muralla hasta unos baños árabes. Fue un acierto enorme el acercarnos a visitarlo. Como no es muy grande, en poco más de hora y media se puede ver bien (según lo que nos enamore).

 

Aun con el asombro en el cuerpo, nos fuimos ya dirección a la frontera, hacia Santa Coloma. Este pequeño pueblo andorrano que está tocando con andorra la Vella, posee una iglesia prerománica (más de 1000 años) que si tenéis tiempo, es un puntazo verla. Por unos momentos me recordó a una de estas series nórdicas con la piedra envejecida, el musgo y el entorno… ¡simplemente fantástico!.

 

De allí, ya para casa que se nos hacía tarde y ¡teníamos que explicaros la aventura!
Aunque el fin de semana fue muy intenso y lo disfrutamos a tope, nos quedamos con las ganas de ir a Naturlandia. La próxima vez no se nos escapará y os haremos un pequeño post para contar la experiencia.

Andorra, ruta lagos de tristaina

Especificaciones de la ruta

  • Alojamiento: Nos alojamos en Encamp, un pueblecito a apenas 10 minutos del centro de Andorra la Vella, pero que a diferencia tiene aparcamiento gratuito en la calle. Aunque nos gusta mucho pasear por Andorra, y tuvimos que llevar el coche y pagar un parking allí durante nuestras horas de visita, al estar en Encamp, disfrutamos de parking gratuito y al lado del hotel durante la noche y las horas que pasamos en el hotel por la tarde. Escogimos el Hotel Montecarlo, un sencillo pero completo hotel de madera con precios sobre los 50€ la noche.

Resúmen

Día 1. Valle de Incles y Lagos de Juclar

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Día 2. Lagos de Tristaina

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